miércoles, 25 de mayo de 2011

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Lo que pasa por tu cabeza cuando la música se llena de versos y penetra los circulos de tu cerebro.
La existencia detrás de la chica de Habib y también lo que esconden sus ojos.
Es posible pintar su espalda y rayar su pecho con sientos de palabras y pictogramas de verano a fin de retratarla en un solo universo.
Sucede cuando esos ojos se empotran en un lente, se pierden para seguir un acto de luz y sensorialidad externa que desemboca en el fondo de un sol rojo que no deja nada, sino brotar colores (creación) al viento que lo circunda (medio).
Como algo agradable y dinamico, algo paradojico, imagenes unidas por un filo delgado entre la espalda y el susurro pulmonar.
El silencio que la hace bailar sola. Existen seres que me rodean y no saben que pasa pero yo si.
En su peine solar.

Perderse varias veces en diversos pareceres, generan modelos alrededor mio, modelos de mundos y de percepcion.

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Fue muy nice, me voy ya me duele la espalda. Se develaron un poco esta noche. Hijos de versos.
Lo encontrarás y a lo mejor hayan en la ventana nubes prófugas del cielo.
Que bonito escribes. Se me desbordan los dedos al hacerlo.