De tu sonreir, de tus trabajos y de las formas lindas de tu cadera y tus piernas llenas de susurros de la montaña.
Cuentame.
Allá donde tu resides, donde esperas rayos de soles nocturnos, parpados dispuestos a quemar sus retinas con tal de permanecer fijados en los astros de destello y luz.
. s u n s .
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